Con Luker Chocolate teníamos un reto: acompañarlos en su proceso de transformación cultural. Para compartirte esta historia te la contaremos en dos partes: una técnica y una práctica.
Primera parte: de lo técnico a la realidad.
Esta transformación cultural la desarrollamos por medio de nuestros tres laboratorios. El laboratorio social nos permitió, por medio de la antropología, entender dónde estaba la organización y cuáles eran esos comportamientos requeridos para lograr esa cultura deseada. Para nosotros, el enfoque antropológico es fundamental en todos los procesos de intervención de cultura, porque nos permite identificar lo que está escondido debajo de los comportamientos, y hacerlos conscientes es la mejor forma de hacerse cargo de ellos. Trabajamos con este enfoque, porque a través de él, las personas y equipos pueden reconocer y aceptar lo que aparece a nivel de la conciencia para así poder trabajarlo, alineándolo con la estrategia de la compañía.
Una vez teniendo claro estos comportamientos, nos enfocamos en sensibilizar a la organización para elevar el nivel de consciencia: este es un momento donde todos nos sentimos parte del proceso y nos damos cuenta que algo está pasando. Tener claro el propósito fue fundamental en este proceso, pues las personas se conectaron con la organización y entendieron que día a día trabajar por hacer del mundo un lugar mejor, ayudando a otras empresas a crear productos con propósito, utilizando el chocolate como herramienta de cambio.
El storytelling es una poderosa herramienta que nos brinda un vehículo creativo que permite inspirar y unificar bajo un hilo conductor el mensaje y su evolución. Intervenir una cultura requiere de una estrategia y una comunicación articulada, ya que esta debe conectar, inspirar y ser comprendida por toda la organización.
Así pues, la comunicación fue un aliado para movilizar a las personas, acercándolas a ese reto estratégico por medio de los pilares: de lo local a lo global, del producto a servicio, de lo conocido a emprender y del poder individual al poder colectivo.
Aprendizajes:
Definir el modelo de liderazgo: fue un proceso de reaprendizaje en el que instauramos nuevos comportamientos y formas de relacionarse, dejando de lado los comportamientos que no los acercaba a esa cultura meta. – Para esto fue fundamental potencializar al equipo de líderes y elegir a los movilizadores de cultura, que en este caso los denominamos «Soñadores Luker Chocolate».
Rituales: el poder de resignificar las acciones para movilizar cultura. Basándonos en la cultura y pilares de la compañía, creamos algunos rituales que llevaron la cultura a la acción, como por ejemplo: meet our client, inspiring people, chocolibrary, entre otros.
Segunda parte: de la realidad a la acción.
Ahora que te contamos cómo fue el proceso de transformación cultural con Luker Chocolate, queremos contarte una de las estrategias que nos permitió llevar la cultura a la acción.
Para mover a esta organización, fue necesario potencializar al equipo de líderes, pues son ellos los primeros responsables de hacer que las cosas pasen y de gestionar cultura. Por medio de diferentes herramientas y metodología trabajamos con presidente y gerentes para entender su rol y llevarlos al nivel que la compañía necesita para cumplir esos retos estratégicos. Pero no nos quedamos en este punto, en Caramelo Escaso entendemos que no todos los líderes son quienes tienen personas a cargo y que hay personas con un liderazgo innato capaces de contagiar comportamientos y mover capacidades en los equipos.
En este viaje por la cultura y trabajando en el punto 3 de nuestro circuito, desarrollamos las competencias y capacidades del equipo directivo, pero también, empoderamos a un equipo de colaboradores para que fueran ellos los encargados de movilizar cultura dentro de la compañía.
A estos líderes, que comúnmente conocemos como “embajadores de cultura”, decidimos llamarlos “Soñadores Luker Chocolate”. Para elegirlos hicimos una jornada de votación con toda la compañía y al finalizar el día, teníamos el nombre de 20 colaboradores reconocidos por sus compañeros por sus capacidades y pasión por lo que hacen tanto en Bogotá, como en Manizales y en Necoclí.
¿Cuál es era el objetivo de los Soñadores Luker Chocolate? fomentar y movilizar a los colaboradores a vivir el propósito y principios de la compañía, nuestro ADN, nuestros comportamientos. Líderes capaces de movilizar con su ejemplo, sentido de pertenencia y pasión por lo que hacen en el día a día.
¿Qué son los Soñadores Luker Chocolate?
Son un vehículo para fomentar la vivencia de los comportamientos requeridos en el día a día.
Líderes que movilizan a través del ejemplo, llevando el mensaje de lo que somos, lo que queremos lograr y cómo lo vamos a lograr.
Retroalimentan sobre la vivencia y percepciones de LUKER alrededor del relacionamiento/conversaciones.
Generadores de ideas y acciones para fortalecer la cultura y por ende lograr mayor compromiso en los colaboradores y productividad.
Aprendizajes:
Las personas se conectan con el ejemplo.
La cultura se vive en las pequeñas acciones del día a día.
Los líderes movilizadores no siempre son los que tienen personas a cargo: encuentra a esos líderes innatos, que tienen impacto en la compañía y que son reconocidos por su equipo.
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