En nuestro día a día y en especial en nuestro entorno laboral, nos vemos enfrentados a conversaciones difíciles de abordar porque representan un gran reto, ya sea por el miedo a las consecuencias de la conversación, por la incertidumbre del daño que pueden ocasionar en otros, o incluso el miedo a ser juzgados y cuestionados.
Uno de los temas más complejos pero fundamentales en la construcción cultural de una compañía son sus conversaciones; ya que estas se convierten en el principal ingrediente que habilita o frena una transformación; así como también son las encargadas de fortalecer culturas con altos niveles de cohesión, apertura, desempeño y confianza.
Alguna vez te has preguntado ¿de qué conversa tu organización? ¿Cuáles son las conversaciones que se dan en los pasillos, los rumores, las narrativas que transmitimos entre compañeros y pares frente a los procesos, a la estructura, incluso frente a las mismas personas con las que trabajamos en el día a día?; será que estas conversaciones están sumando y nos ayudan a crecer y ser mejores o por el contrario, invertimos mucha energía en temas que distraen nuestro día a día y que no tenemos la valentía de comentarlos para cambiarlos.
Hacernos estas preguntas nos permite entender mucho mejor las dinámicas de la organización y reconocer aquellos puntos o momentos donde podemos enfocar nuestros esfuerzos; como personas y líderes tenemos la responsabilidad de impulsar conversaciones inspiradoras, que busquen contribución y que pueden llevarnos a un nivel de madurez organizacional superior.
“La cultura es un conjunto de relaciones vivas con un objetivo común. No es algo que seas, es algo que haces”
En Caramelo Escaso nos encanta compartir esta frase de Daniel Coyle de su libro cuando las arañas tejen juntas, ya que expresa de manera muy asertiva lo que realmente debe ser el foco en las relaciones humanas: Los comportamientos, no la personalidad ni la forma de ser de alguién, lo que cuenta es cómo lo haces, cómo conversas.
El poder que tienen las conversaciones en las organizaciones
La conversación según Álvaro González Alorda es una poderosa herramienta que permite gestionar proyectos, liderar equipos y dirigir personas. Hemos tomado algunas frases de su libro “The Talking Manager” que nos encantan y queremos compartirles:
Lo que no se conversa se hincha:
Hablamos de hábitos y conversar puede ser uno de los más complejos, a veces al que menos tiempo le sacamos o al que evitamos porque no queremos escuchar lo que el otro tiene para decirnos; o incluso somos nosotros mismos los que nos tragamos lo que estamos sintiendo y pensando por no molestar al otro; y es que como personas vamos aplazando conversaciones que por su naturaleza o contexto incomodan, preferimos ahorrarnos el contacto para no asumir responsabilidades. A veces es más fácil pasar agachado, o escribir detrás de un teclado para no involucrarnos demasiado, para salir rápido del asunto o para evitar entrar en una confrontación. En general las conversaciones que evitamos son las que terminan generando mayores problemas, costos, reprocesos y pérdidas en los equipos y en la organización.
Hay conversaciones que cambian el curso de nuestra vida:
Nos decimos las cosas de dos maneras: la primera busca juzgar al otro en vez de enfocarse en sus acciones; y este es el error más común. Emitir juicios de valor frente a lo que la otra persona es, entregando mensajes desde lo que consideras que está bien o mal, de tus posturas personales u opiniones; lo que terminará por poner a tu interlocutor a la defensiva.
La segunda, se orienta a las críticas constructivas que buscan visualizar el error o la oportunidad de mejora para que la otra persona pueda trabajar en ese aspecto y superarlo; sin embargo, no podemos caer en la trampa de intentar amortiguar o suavizar los aspectos negativos con mensajes positivos. Ser directo y sincero cuesta, pero es el punto que realmente suma y que le permite a la otra persona enfrentar su realidad, para evolucionar, crecer y mejorar. Hablar con la verdad trae más lecciones de las que imaginamos, da ejemplo frente a cómo aprender de los errores o fracasos, de cómo asumir responsabilidades y hacerse cargo de ellas, evitar culpar a los demás o sacar excusas, fortalece la confianza y promueve la gratitud.
Una conversación es una multiplicación:
Algo que distingue a los equipos de alto desempeño en las organizaciones, es su capacidad de tener conversaciones valientes, es el tiempo de calidad entre líderes y equipos para hablar de lo que está funcionando y lo que no, de dar y recibir feedback, de hablar de los problemas y retos que enfrentan con sinceridad y apertura; ya que esta es la gasolina que les permite resolver problemas complejos juntos. En este punto no estamos hablando desde el yo como individuo y como me suma el otro, sino como juntos como equipo multiplicamos y logramos resultados extraordinarios desde la franqueza y la vulnerabilidad.
Finalmente, nos jugamos la vida en las conversaciones que tenemos y en las que no tenemos también. Hoy les queremos hacer una invitación la cual nos ha hecho Alorda en diferentes espacios; elijan una conversación pendiente, con un compañero de equipo, con un líder con el que tengan diferencias, con un amigo o incluso con su pareja, y permítanse transformarla en una conversación inspiradora que fortalezca la relación desde la valentía y la franqueza.
Equipo Caramelo Escaso
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