Cuando hablamos de cultura, en la mayoría de los casos asociamos este concepto con el liderazgo y los líderes de las organizaciones: la forma en que estos llevan el timón del barco y cómo, con su estilo de liderar, logran que sus equipos alcancen los objetivos estratégicos de la compañía. Es evidente y lo afirmamos con contundencia, que son los líderes quienes marcan el camino, establecen las reglas del juego y hacen que las cosas sucedan o no.
En estos tiempos, más que nunca, los líderes desempeñan un papel fundamental en el trabajo remoto. Es en este momento donde deben desplegar su artillería, utilizando todas las herramientas que han aprendido y demostrar las capacidades y comportamientos que los caracterizan. Veníamos de épocas en las que los talleres y charlas presenciales de liderazgo se estaban volviendo monótonos, más de lo mismo. Pero ahora, la monotonía no existe; líder, es el momento de darlo todo en tu proceso de liderazgo.
Es importante destacar que nadie estaba preparado para los cambios que se han presentado durante estos últimos años, pero saca tu parte más creativa para mantener el barco a flote. Cambia la forma de hacer las cosas, implementa dinámicas diferentes que lleven a tu equipo y a la compañía a entender estos momentos de cambio no como una crisis, sino como una oportunidad de crecimiento, mejora y contribución consciente a la sociedad.
Recuerda que:
En el trabajo remoto, todos participan. La cultura se fortalece cuando aseguramos la participación de todos en los equipos. Es crucial que ninguna reunión concluya hasta que la última persona afectada por las decisiones tomadas en esa reunión esté informada. Se debe comunicar cómo esas decisiones impactarán su trabajo, invitarlos a realizar cambios o priorizar de manera diferente.
“La participación de todos garantiza la cohesión y el ritmo de la cultura.”
Es fundamental formar parte del cambio, ya que nadie se resiste al cambio en sí mismo. Lo que las personas resisten es ser cambiadas sin comprender las razones y los beneficios del cambio, sin evaluar su impacto. Una excelente manera de lograr que todos se sientan parte del cambio es que el líder muestre también su vulnerabilidad frente a él, expresando temores y destacando que están transitando juntos ese camino.
La conexión es clave, no solo en el aspecto tecnológico, que ya está bien avanzado y resuelto. A medida que la conectividad ha mejorado, nos cuesta más conectar de formas nuevas como equipo. Es esencial naturalizar el trabajo remoto, entendiendo que pueden surgir sonidos domésticos durante las reuniones, y que las personas enfrentan un estrés particular cuando la casa no se comporta como la oficina.
“La naturalización de estas dinámicas facilita la adaptación a las nuevas formas de trabajo.”
El cumplimiento de objetivos es otro punto crucial. Es necesario asegurarse de celebrar juntos cuando se logra un objetivo y de acompañarse mutuamente en los logros individuales y colectivos del equipo. El líder debe marcar pautas, definir los alcances de los objetivos y determinar cuándo deben alcanzarse, además de asegurarse de tener toda la información requerida para lograrlos.
Para los líderes que acompañan a sus equipos en este momento, la clave está en el acompañamiento sincronizado. Deben entender las diversidades de los equipos y utilizar herramientas diferentes según las necesidades individuales. Algunos pueden requerir llamadas, mientras que otros se sienten cómodos con Teams, Hangouts o WhatsApp. Comprender estas diversidades y equilibrar las tensiones contribuirá naturalmente al fortalecimiento de la cultura en tiempos de trabajo remoto.
En resumen, para gestionar equipos de forma remota, es fundamental ser activo, amable y hacer uso del sentido común. Las narrativas son poderosas para conectar a las personas desde otro estado emocional. Transmitir mensajes siete veces es un reto clave para que la información se interiorice sin saturar a los receptores. Además, las celebraciones no deben perderse en la distancia; diseñar símbolos, stickers para WhatsApp, reuniones virtuales para celebrar, y compartir almuerzos a distancia y en algunas ocasiones invertir tiempo para conectar de forma presencial con los miembros del equipo, son formas de elevar la gratitud, satisfacción, contribución y conexión de los equipos.
Por:
Caramelo Escaso.
¡Excelente!
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