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Entendiendo la cultura en el terreno de juego

Actualizado: 4 sept 2023


Cuando en las organizaciones hablan de gestionar e intencionar su cultura, para nosotros es gratificante, porque evidenciamos que cada vez son más las compañías que creen en el poder de la cultura como apalancador de la estrategia, pero cuando generamos conversaciones profundas alrededor de los temas que se deben tocar y las acciones que se deben implementar, evidenciamos que la cosa cambia un poco.


En nuestras conversaciones alrededor del Viaje por la Cooltura (metodología que utilizamos en Caramelo Escaso cuando acompañamos las empresas en los procesos de transformación cultural), tenemos muy claro que para poder gestionar y llevar la cultura a la acción, debemos empezar desde cero, por la raíz, con lo más básico pero más profundo y es: “Entender la compañía y su cultura actual”, pero… ¿qué significa entender la cultura?, no se preocupen, vamos a hablarlo por partes y a contárselos con un ejemplo, que muy seguramente van a entender. Piensa en este momento que quisieras aprender a jugar y practicar un nuevo deporte, por ejemplo, tenis de campo.


Cuando tomamos la decisión de aprender a jugar este deporte, sabemos que necesitamos unos implementos: raqueta, bolas, incluso zapatos especiales que nos permiten tener un buen agarre en el terreno de juego. Una vez iniciamos clases, los entrenadores nos dan lecciones básicas pero fundamentales, por ejemplo, cómo agarrar la raqueta, cuáles son los golpes, cuál es la técnica, las reglas, cómo se llevan los puntos en medio de un partido y demás acciones, que tal vez no vemos necesarias en ese momento, pero que son la base para jugar bien, y por supuesto, para ganar los partidos.


Clase a clase vamos interactuando más con el juego y vamos entendiendo cómo responder a un golpe, cómo pararnos en la cancha, cómo correr y hasta cómo debe ser nuestra forma de comportarnos durante las clases y en los partidos. Muchas lecciones y horas de práctica nos van mostrando lo que hemos aprendido, qué nos ha servido y qué estamos haciendo bien, pero también identificamos los errores que nos están costando algunos puntos, que nos generan frustración o que simplemente no hacemos consciente y nos están pasando factura. Y ¿cuál es la mejor forma de saber qué estamos haciendo bien o qué estamos haciendo mal? primero, entendiendo qué y cómo estamos llevando a cabo la actividad y segundo, siendo conscientes de cada acción, de cada golpe, de cada paso y de cada situación que se presenta en la cancha.


Con la cultura organizacional pasa igual, queremos movilizarla e intencionarla sin haber entendido los puntos básicos que suceden dentro de ella, para saber con ciencia cierta dónde debemos poner la mirada. Cuando una compañía toma la decisión de gestionar su cultura de manera consciente debe empezar por conocer su industria, su negocio, debe saber para dónde va como empresa, conocer cuáles son sus retos y objetivos, cuáles son sus prioridades estratégicas, quienes los acompañan en ese camino, cuál es la contribución de cada uno de los colaboradores frente a las metas que se plantean como organización, debe conocerlo TODO, porque hasta lo más mínimo nos va a dar las bases para comprender cómo es y cómo está la compañía realmente.


Y de la cultura actual de la empresa ¿qué es lo que debemos entender? esa es una buena pregunta porque para entender nuestra cultura debemos identificar muy bien lo que ocurre en la organización, es decir, cómo son las relaciones en el día a día entre los colaboradores, cuáles son las conversaciones que tienen, cuáles son los espacios que tienen para compartir entre los equipos, cuáles son las narrativas que se escuchan en los pasillos, cómo se comporta la gente en la compañía, cuando hablamos de entender la cultura, nos referimos a entenderla de manera holística, llegando a lo más profundo del comportamiento humano, entendiendo que la cultura es un gran apalancador de la estrategia.


Y ¿todo esto por qué es importante saberlo?, porque una vez tenemos clara toda esta información podremos entender que tanto estamos preparados para un cambio, podremos ser conscientes de qué comportamientos, acciones, rituales, conversaciones y espacios son los que necesitamos para vivir este viaje; siguiendo con el ejemplo de las clases de Tenis, así sabremos en un juego qué golpes hacer, cómo servir, de qué manera debo responder los golpes que me da el oponente, qué punto está bien y qué punto mal, cuándo gano o pierdo un partido, es ahí donde realmente entendemos y aprendemos a jugar.


Recordemos entonces que en este partido “de la cultura” la única forma de gestionar y vivir una verdadera transformación de cultura organizacional, dar un paso más cerca de los objetivos y cumplimiento de nuestras estrategias y metas y llegar a declarar la cultura deseada, es entendiendo como soy, qué tengo en la maleta, cuáles son mis herramientas, qué tan montado en este viaje están mis compañeros y si mi cultura está alineada con los objetivos estratégicos de la compañía, por eso el primer paso para que la cultura se viva, se lleve a la acción y funcione como una gran estrategia movilizadora para alcanzar los objetivos y metas de la compañía, es ENTENDERLA.


Por:

Caramelo Escaso


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